En cualquier lugar en el que no hay que preocuparse por resfriarse después de bailar bajo la lluvia, por salir herido después de haber amado, o por aguantar ese dolor de cabeza después de una noche de fiesta.

No tengas miedo a la tormenta, solo tienes que aprender a bailar bajo la lluvia.

martes, 1 de noviembre de 2011

-Venga, invéntante algo. Qué se yo... Que tienes que recoger la ropa de la azotea, que tienes que ir a buscar algo a casa de tu amiga que vive en el piso de arriba, que tienes que escaparte conmigo, di eso si quieres, pero sube... Tengo ganas de ti. 
-No has dicho "tengo ganas de verte", sino "tengo ganas de ti". 
-¡Sí, y te lo repito! 
-Yo también tengo ganas de ti. 

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